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Catalán es quien vive y trabaja en Catalunya

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Entrevista a .@_Maria_Dantas_, inmigrante y activista a favor del derecho a decidir en Catalunya.

Hoy, 4 de noviembre, faltando 4 días para que se celebre el 9N en territorio catalán, el Tribunal Constitucional, máxima instancia legislativa del Estado Español, ha admitido a trámite, por unanimidad, la impugnación presentada el pasado viernes contra el proceso participativo por parte del gobierno Español. Con la admisión a trámite la consulta se suspende inmediatamente y se prohíben todos los actos oficiales asociados a ella, aunque no los actos promovidos por la sociedad civil. Esta decisión, que ya se esperaba, deja al Govern frente al dilema de obedecer al Constitucional y suspenderlo, de forma oficial, o seguir adelante y asumir las consecuencias de la desobediencia, que aún se desconocen.

A pesar de este revés los preparativos para la consulta siguen adelante. Las organizaciones de la sociedad civil convocantes no dejan de enviar mensajes, por todos los canales posibles, invitando a la votación y dando instrucciones de cómo votar el 9N. Estos mensajes también van dirigidos al casi millón doscientos mil inmigrantes que viven en Catalunya y que suponen casi un 16% de la población total del territorio catalán.

Algunos se preguntarán por qué llamar a las urnas a los que no han nacido aquí, a los que no tienen raíces en esta tierra y que en suma no son catalanes. Las razones son diversas: Barcelona es después de Madrid la ciudad que más inmigrantes tiene en todo el Estado Español, así que la inmigración no es algo que se pueda desconocer; éstos inmigrantes, venidos de todas partes del mundo, representan una fuerza laboral significativa y  constituyen la base de una sociedad multiétnica que dibuja un nuevo panorama identitario en Catalunya; los hijos de los inmigrantes nacidos en tierra catalana forman parte de una nueva generación de catalanes que tienen raíces diversas pero comparten la lengua y las tradiciones catalanas.

Hace años, aquí en Catalunya se decía que “Catalán es quien vive y trabaja en Catalunya”. Eso es mucho más cierto de lo que llegaron a pensar aquellos que lo decían.

María Dantas, brasilera de nacimiento pero catalana de adopción, cumple hoy 20 años de haber llegado a Catalunya. Al conocerla es imposible saber de dónde es pues aunque conserva parte del acento meloso de los brasileros y su alegría es inagotable, habla un catalán impecable y sabe sobre Catalunya mucho más que algunos nativos que conozco.

María, como le pasa a muchos inmigrantes que viven y trabajan en Cataluña, conserva su nacionalidad inicial pero después de 20 años ya se ha convertido en ciudadana española, lo cual le da el estatus de inmigrante “comunitario”, es decir, se considera una ciudadana de la unión europea como cualquiera de los 27 estados miembros. Este tipo de inmigrantes goza de beneficios a nivel de movilidad y contratación en relación a los llamados “extracomunitarios” que provienen de países que no están en la unión europea, como es el caso de Colombia. Es importante puntualizar que dentro de este último grupo están los llamados “inmigrantes ilegales”, que son básicamente los extracomunitarios que no tienen permiso legal para residir en territorio español.

Para ilustrar la situación de los inmigrantes en relación al proceso de consulta popular en Catalunya le hemos hecho unas cuantas preguntas a María que conoce bien lo que está en juego, no solo por su conocimiento de la ley (es abogada y doctora en filosofía jurídica, moral y política de la Universitat de Barcelona) sino porque es una activista política de la causa inmigrante y hace parte de las plataformas que están invitando a los inmigrantes a sumarse a este proceso: “Súmate” y “Sí amb nosaltres”.

Primavera Catalana: ¿Inmigración e independencia de Catalunya son compatibles?

María: Perfectamente. Catalunya siempre fue, es y será una tierra de acogida, de migraciones, gente que se va y gente que llega. La sociedad catalana está compuesta por una heterogeneidad de casi 250 idiomas de diversas partes del mundo, y el proceso hacia la soberanía política lo está promoviendo, en gran medida, esta parte de la población.

PC: ¿Cuándo se deja de ser inmigrante para convertirse en catalán?

M: Divido la respuesta en dos partes, la individual y la general, porque es importante matizar.

Desde la perspectiva de uno mismo, veo mi experiencia migratoria de una forma bastante positiva; todo lo bueno y lo malo que sucedió me enseñó algo, todas las personas, culturas, lugares y olores que he conocido en estos 20 años alimentaron en buena parte mi concepto del mundo. No me hace daño alguno ser inmigrante, es más, siempre que puedo, asumo mi pertenencia a más de una tierra. Latu sensu, todos somos migrantes, unos “inmi”, otros “emi”.

Desde una perspectiva general, uno deja de ser inmigrante cuando coinciden dos supuestos: deseo de uno mismo de dejar de serlo y que los demás dejen de verlo a uno como un inmigrante.

PC: ¿De dónde nació la iniciativa de vincular a los inmigrantes al proceso soberanista?

M: Me siento bastante cómoda en contestar esta pregunta, no porque sea una experta académica en el tema inmigración, sino por empirismo, porque me tocó vivir en primera persona los últimos 20 años de la gestión de políticas de inmigración en Catalunya y las diversas leyes de extranjería de España.

No hay una respuesta con números claros a esta pregunta, porque el proceso ha sido paulatino, desde cuando en el 2003 la Direcció General per a la Immigració de Catalunya empezó una serie de medidas de carácter inclusivo para integrar a la población inmigrante. Primero se hizo el Pacte Nacional per a la Immigració (2008), con la adhesión de muchísimas entidades del ámbito cívico, económico y social del país, sumando sensibilidades de numerosas personas y agentes, para adaptarse a las nuevas circunstancias de Catalunya; Luego se aprobó la LLei de Acollida, una de las más progresistas en cuanto a los sistemas de recepción e integración de la inmigración, en base al El Estatuto de autonomía de Cataluña del 2006. En ella se reconoce que Cataluña es una sociedad diversa en la que el flujo migratorio ha tenido un carácter estructural en el tiempo y puede verse como su espíritu entra en choque con la Ley de extranjería del marco jurídico español, que regula los derechos y las libertades de las personas extranjeras en España. Mientras una intenta acoger (la catalana), la otra intenta echar (española).

De otra parte, la población inmigrada ha ido, poco a poco, adquiriendo un cierto grado de participación en todos los ámbitos de la vida catalana, aunque siguen habiendo vacíos en la adquisición de muchos de sus derechos civiles (votar, por ejemplo) por cuenta de leyes retrógradas. El tejido asociativo de Catalunya ha ayudado sobremanera en este proceso de toma de consciencia política por parte de la inmigración.

Mi participación y la de muchos en el proceso de independencia de Catalunya no ha sido motivado por los partidos políticos, como argumentan muchas voces en contra de este proceso, sino porque creo en el derecho de autodeterminación del pueblo catalán, un derecho fundamental del ser humano.

PC: ¿Cómo ves a la comunidad inmigrante en general frente a este proceso? ¿Cómo evalúas su participación?

M: Creo que la población catalana de origen extranjero, es una de las más participativas, políticamente, en el Estado español. Aquí se respira política diariamente, en los bares, en los parques, en las escuelas, en las casas, y aunque no quieras participar de ello de alguna manera te llega información. Es difícil estar ajeno a la actualidad sociopolítica y económica catalana.

Una gran cantidad de asociaciones de inmigrantes han votado a favor del derecho a decidir en sus asambleas, por ejemplo, FEDELATINA, una de las más importantes entidades que engloba las asociaciones de Latinoamérica en Catalunya; muchas firmaron el Pacto por el Derecho a Decidir, por ejemplo: “Sí, amb nosaltres!”, una asociación constituida por personas de diversas partes del mundo que desean participar activamente en la construcción de una Catalunya nueva (sic) y la Sectorial de Inmigración de la ANC, compuesta por una cantidad enorme de inmigrantes que apuestan directamente por la independencia.

Veo actualmente una gran participación política por parte de la población inmigrada, pero no llegamos, todavía, a un grado óptimo, y para ello pienso que debemos cambiar las leyes (en muchos ámbitos), que consideran ciudadanos “de segunda” a la inmigración. Cuanto más iguales seamos legalmente, más participación habrá.

PC. ¿Pueden los inmigrantes votar este 9N? ¿Qué requisitos deben cumplir?

M: Tanto los inmigrantes comunitarios como los extracomunitarios, mayores de 16 años, podrán votar en la consulta del 9N. Me remito a la WEB de la Generalitat de Catalunya: http://www.9nconsulta2014.cat/es/como-puedo-participar.html

PC: En un escenario en el que Catalunya sea independiente ¿qué pueden ganar y perder los inmigrantes?

M: ¿Perder? No me gusta esta palabra y no la suelo utilizar.

Aunque no será un mar de rosas, en el inicio, pienso que ganaremos con la independencia, y pongo tres ejemplos, entre muchos otros: Ganaremos autonomía legislativa y podremos hacer leyes a nuestra medida, además se está cambiando el paradigma político con los movimientos populares de democracia participativa; cerraremos el CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros), cárceles inhumanas para gente que no ha cometido delito alguno (la mayoría de los partidos políticos de Catalunya firmó el manifiesto contra el CIE); podremos gestionar nuestro impuestos (actualmente, el 30% de los impuestos recaudados entre los contribuyentes catalanes no vuelven a Cataluña).

PC: ¿Crees que el voto inmigrante es una jugada de los partidos políticos para sumar o en realidad crees que hay voluntad de integración?

M: Creo firmemente que hay una voluntad de integración por parte de las personas. Tampoco me gusta el término integración, prefiero interacción, porque es un acto de dos, no solamente de uno mismo, del inmigrante, es un “toma-da”.

Los inmigrantes no son un “oscuro objeto del deseo” de los partidos políticos, sino personas que tienen capacidad de razonar y de tomar decisiones. Si acaso hay partidos políticos que estén utilizando la inmigración por el proceso soberanista, también pasará al revés ¿no? Es un pensamiento paternalista de la gestión de la inmigración.

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Aquí los testimonios de dos inmigrantes, uno de paraguay y otro de Irlanda que nos cuentan por que quieren votar el próximo 9N en la consulta catalana. Pueden encontrar mas testimonios en la web de Ara es l’hora.

http://primaveracatalana.wordpress.com

Maria Dantas

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