Yamir Adolfo Conejo.MARÍA ÁNGELES TORRES (PÚBLICO)
Por TONI POLO
Yamir Adolfo Conejo es portavoz del consejo indígena del Cauca colombiano. Participa en la Taula Catalana "¿De quién es la tierra?"
Yamir Adolfo Conejo tiene los 27 años que aparenta y un hijo de cuatro esperándole en el Cauca, una región suroccidental en la cordillera colombiana donde viven ocho pueblos indígenas en 39 municipios. Está residiendo en Euskadi seis meses protegido por el Gobierno vasco. Sobre su cabeza (como sobre la de tantos otros indígenas de una zona rica en oro y petróleo) pesan amenazas de muerte por ser responsable de 13 emisoras de radio, páginas web y documentales que claman a los cuatro vientos que el desplazamiento forzado de sus tierras hace que en estos momentos pueblos indígenas como el suyo la etnia totorez, de 6.900 personas estén en situación de exterminio cultural y físico. Van más de 20 muertos este año, el último, la semana pasada. Pero no tiene miedo: "Eso es lo que ellos quieren conseguir con sus amenazas, que dejemos de defender nuestros derechos. Muchos han caído por esta lucha y hace falta que la comunidad internacional esté al corriente de nuestra situación", dice.
¿Quiénes son "ellos"?
Son los batallones de alta montaña, el Ejército legal que el Gobierno está instalando en la zona supuestamente para protegernos de otros, los actores armados insurgentes, esto es la guerrilla, paramilitares de ultraderecha, narcotraficantes. Todos protegen un mismo poder hegemónico.
El conflicto es la tenencia de la tierra. ¿Cuándo surge?
Históricamente nos desplazaron a las montañas y ellos extrajeron los recursos de los valles. En todos estos siglos hemos conservado nuestra tierra: donde nacen los grandes ríos del Cauca. Por tradición, por nuestros ancestros, por costumbres, por respeto a nuestra madre naturaleza, hemos logrado conservarla.
"El Ejército nos amenaza para que dejemos de defender nuestros derechos"
Ustedes no viven en esas zonas, es territorio espiritual
Son tierras vírgenes. Allí contactamos con nuestra madre naturaleza y nuestros espíritus, que nos protegen. Allí está toda nuestra sabiduría ancestral. Ese conocimiento milenario que nos brinda la madre naturaleza.
¿Son rituales religiosos?
No, la religión es una estrategia de exterminio cultural para los pueblos indígenas. La tierra necesita que la cuidemos y un indio sin tierra pierde toda su esencia. Si hay que dar la vida por nuestra tierra madre la damos.
¿Considera que en la situación actual la están dando?
Sí. El modelo capitalista que quiere apoderarse de nuestros territorios nos cataloga como terroristas. Eso es jugarse la vida. Ellos crean el conflicto para justificar la militarización de nuestros territorios. Es intolerable.
¿Culpan al Ejército, al Gobierno?
Sí. Porque instala la Policía nacional en nuestros cascos urbanos.
"Le pedimos a Rajoy que conozca la situación que están sufriendo nuestros territorios"
Ustedes tienen su propia Policía
La constitución colombiana nos da derecho al autogobierno. Con él hemos creado un mecanismo de defensa, la Guardia Indígena. Empuña bastones de mando pero no va armada. Es defensora de la madre naturaleza, por eso decimos que somos todos, niños, mujeres y hombres. No utilizamos armas y no agredimos jamás para recuperar nuestro territorio.
¿Qué entienden por recuperación de territorios?
Esos derechos que nos corresponden por ancestrales. Cuando explotan nuestros territorios vamos hasta 3.000 personas y acordonamos la zona, sin armas, sin agresiones. Siempre está el diálogo. Como el Gobierno se hace el sordo, dialogamos con la empresa explotadora. El problema es que nunca sabemos el nombre de la empresa que realmente está detrás de la explotación. Nos confunden. Ocultan los nombres de las multinacionales. Esa maquinaria e infraestructura necesita de mucha plata: lavar el oro requiere una infraestructura carísima, de químicos Sacamos toda la energía negativa que dejan, pero el daño irreparable e inmenso ya está hecho. Todos los pueblos nos ayudamos para hacer esos ejercicios autónomos. Y no hacen caso y vuelven al territorio.
¿Cómo se organizan?
Aportamos mucho a la economía nacional. Producimos café y leche. En las grandes ciudades viven de nuestra producción y nos pagan. Vivimos en zonas rurales, cada familia cultiva su pedazo de tierra que es colectivo, la tierra pertenece a todo el pueblo y el cabildo la administra. La idea es que la relación del cabildo con el Gobierno sea de igual a igual. A veces lo respetan, pero ha costado vidas. Los comandantes sobre el terreno, los policías, no tienen ni idea de qué es el cabildo. Y deberían saberlo para respetarnos.
¿Qué esperáis de la Taula?
Que se dé a conocer la realidad. No es cierto que las cosas hayan mejorado, han empeorado. La estrategia megapropagandística del [expresidente Álvaro] Uribe y ahora de [Juan Manuel] Santos es decir que la guerra se acabó y ahora en Colombia hay un posconflicto. No lo hay, la guerra se ha incrementado.
"Queremos gestionar la educación y planteamos sistemas indígenas de salud propios"
¿Por qué ese mensaje?
Porque es lo que les interesa oír a los gobiernos europeos y a la comunidad internacional para justificar la entrada de multinacionales.
¿Qué reclama usted?
Solicitar a Mariano Rajoy que nos visite en nuestros territorios, que conozca la situación que estamos sufriendo a cuenta de la política capitalista de extracción y de entregar nuestros territorios a las multinacionales.
¿Creen posible mantener estos territorios ante el inmenso poder de gobiernos y multinacionales?
Somos muy positivos. No quiero que nos vean a los indios como unos pobrecitos a los que están matando y a los que hay que defender. No nos limitamos a criticar el sistema. Tenemos una alternativa, con nuestros territorios donde cultivar, donde vivir libres espiritualmente y convivir con los otros sectores: campesinos, negros, los que viven en las ciudades. Queremos que el Gobierno nos entregue la educación a los indígenas, porque siempre ha estado en manos de la Iglesia católica. También planteamos sistemas indígenas de salud propios. Necesitamos la ciencia occidental pero complementamos con los métodos tradicionales propios.